Maravillosa oportunidad la que me brindó hace unos días la revista LECTURAS de ofrecer algunas ideas prácticas sobre Orden. El objetivo es que los lectores consigan ordenar cada estancia de su hogar, y, lo más importante, mantener el Orden conseguido para sentir que están organizad@s.

El artículo empieza justo con esta reflexión, aunque de forma fugaz, para entrar después de lleno con los tips míos y de dos organizadoras más.

Así que vuelvo a dicha reflexión, ya que afortunadamente nuestro idioma nos permite diferenciar entre ser y estar: SER organizad@ VS ESTAR organizad@. Que no es lo mismo, aunque lo parezca y te animo a elegir la que te empodere… en lugar de estar aumentando tu nivel de auto-exigencia inconscientemente.

«Ser» una persona organizada empieza por «estar» organizad@ día a día, haciendo del Orden un hábito vital. Puede sonar utópico, pero lo cierto es que está a nuestro alcance si: 1-queremos conseguirlo, 2-aplicamos un método eficaz, y 3-contamos con el apoyo necesario para implementarlo y mantenerlo. Una vez realizado tu Proceso de Orden, convertirlo en hábito es cuestión de tener presente esta máxima: «tras usarlo, dejarlo dónde y cómo estaba».

Aprovecho para recordar que tanto lo que les decimos a los demás como lo que nos decimos internamente puede jugar a favor o en contra de nuestra paz interior…
Estar organizad@ en un área concreta o un día concreto es más sencillo que ser organizad@ que implica «estar» organizad@ en todas las áreas de vida y en todo momento. Esto último puede resultar misión imposible incluso para un/a profesional del Orden… ¿Por qué? Pues porque la vida no es lineal ni ordenada en sí misma, y pueden darse situaciones en nuestro día a día que nos saquen del Orden prefijado. Por eso, a veces, incluso siendo ordenad@s podemos sentirnos desordenad@s… porque en ese momento «estamos» desordenad@s, lo que no significa que lo seamos, ¿me explico? Puedo ser ordenad@, y a veces estar desordenad@… O puedo ser desordenad@ y a veces «estar» ordenad@… Y debajo de todo ello están nuestras emociones, porque podemos ser de una manera, pero sentirnos de otra puntualmente (ahí lo dejo para otra reflexión posterior).

Por todo ello te invito a decir y decirte «estoy» puntualmente desordenad@ o mejor aún «me falta Orden en este área o momento” … En el fondo tod@s podemos ser ordenados en algo concreto, así que, date la oportunidad, empezando por suavizar tu lenguaje con realismo 😀

Vamos ahora con la parte práctica del Orden y la Organización, a través de las ideas que he aportado al artículo de LECTURAS (te recomiendo igualmente hacerte con un ejemplar):

✔️ Empecemos por el baño: pregúntate qué necesitas usar cuando estás en el baño, y dónde sería más cómodo ponerlo: Toallas, alfombra de pies, papel higiénico, productos para la higiene y cuidado corporal, capilar, facial etc.… ¡cuántos menos mejor! Recomiendo un estante de pared para la ducha por persona, y un cesto o caja apto para zonas con humedad que contenga todo lo demás, y puedas colocar en una repisa, o en el cajón que tenga tu lavabo, sobre el que solo estará el dosificador de jabón y el vaso de los cepillos de dientes. De esta forma, las superficies quedarán despejadas, y quizás puedas ocuparte de ponerlo bonito, ahora que todo está en Orden 😀.

✔️ La cocina también puede mantenerse organizada, siguiendo 3 tips infalibles: saber para qué usamos la cocina, para qué la queremos usar, y para qué la estamos usando. Es decir, “entender” el espacio físico de nuestra cocina y cada cosa que tenemos en ella. Tener solo lo necesario, elegir bien dónde colocamos cada cosa, y guardarlas tras su uso, para que no se acumule la tarea de recoger, y puedas mantener las superficies despejadas, pues la causa principal de la falta de Orden es posponer tanto las decisiones como las acciones. (ver con más detalle en las páginas 233 y 253 del libro “Ordenarnos es Amarnos. Manual de Orden y Vida”).

✔️ Para ponérselo fácil a los niños, lo mejor es darles ejemplo, y jugar con ellos a practicar el Orden desde que entran en casa al llegar del cole, poniendo un gancho para cada uno, a una altura que puedan llegar para su abrigo, otros más abajo para las mochilas, etc., y casi a ras del suelo, un estante para los zapatos. Cada uno sabrá exactamente cuál es el sitio para cada una de sus cosas. Lo mismo pasa con los libros en la estantería, los juguetes en cestos, y la ropita en el armario, etc.…

Si te gustan estos tips, pero te cuesta llevarlos a la práctica, estoy aquí para guiarte y acompañarte. 😀

Y si sientes que este post puede darle luz en su camino a alguien de tu entorno, no dudes en compartirlo… Será un honor poder inspirarle también. 😀

Aquí puedes ver varios VIDEO-TIPS de Orden y Crecimiento Personal.